Buenas noches... me estreno en el foro... mira que llego tarde... he estado estudiando el tema R2R durante un tiempo largo, antes de lanzarme a la aventura... y también he escrito alguna cosa que pongo por aquí, de cosecha propia después de estudiar mucho, así que se agradecen aportaciones o correcciones que ayuden a seguir aprendiendo del tema:
Los R2R se pueden clasificar en tres categorías:
- Máquinas profesionales: las destinadas a estudios de grabación, generalmente multipistas de gran ancho de cinta. Asimismo, las máquinas estéreo de 2 y/o 4 pistas, ¼ de pulgada destinadas a generar el master tape del que luego se realizan las copias para su distribución.
- Máquinas prosumidoras: máquinas empleadas en radio y broadcasting, de similares características técnicas a las máquinas estero profesionales, asimismo consumidas en los entornos de la alta fidelidad de excepción o hi-end.
- Máquinas de consumo generalista: máquinas de producción masiva destinadas al consumo en hogares, con características enfocadas a su comodidad de uso, así como al mayor aprovechamiento del software (menores velocidades de reproducción, 4 pistas, autorreverse, etc).
El desarrollo del R2R para el mercado del consumidor normal implicó la aparición de varias tipologías de aparato, grabaciones, formatos de cinta, etc, no necesariamente compatibles entre sí, siendo las más conocidas, en el terreno de la reproducción estéreo, las siguientes:
- Velocidad de grabación reproducción: la velocidad a la que la máquina graba determina el nivel de ruido, el rango dinámico y la extensión en la gama de frecuencias. La velocidad se mide en IPS (pulgadas por segundo) o cm/segundo. Usando la escala más conocida, IPS, distinguimos entre velocidades bajas. 3 y ¾ ips, 7,5 ips, que son las comunes en aparatos hifi de la época, luego las velocidades altas, 15 ips y 30 ips, propias de aparatos “prosumidor” o de uso profesional puro. Las grabadoras “prosumidor” suelen trabajar en el entorno de 7,5 y 15 ips, aunque algunas máquinas de consumo hifi añadían esta posibilidad. Como contrapartida, a mayor velocidad, menor duración de la cinta, y menos contenido musical en cada una de ellas.
- Tamaño del carrete y ancho de cinta: el ancho de cinta estándar para aplicaciones de reproducción es el de ¼ de pulgada. La mayoría de las máquinas admiten carretes de diámetro entre 7 y 10,5 pulgadas, lo que determinará la longitud de la cinta que pueden manejar.
- Ecualización NAB o IEC, los dos estándares de la industria musical, la mayoría de máquinas prosumidoras son capaces de manejar ambos formatos, no así las HIFI.
- Tracks: siendo las máquinas de corte estéreo purista de 2 pistas. Las máquinas que son capaces de dividir el ancho de la cinta en 4 pistas lo hacen con la finalidad de poder albergar más música, en 2 caras, incluso habiendo máquinas auto-reverse, pero a costa de la calidad de sonido final. Es lo que se distingue habitualmente entre 2/2 o 2/4, pero existiendo otras configuraciones también.
- Conectividad: siendo las máquinas prosumidoras balanceadas y con conexiones xlr (exclusivamente) en su mayoría.
- Dolby HX pro: incorporando las máquinas más modernas (desde 1988 en adelante) esta tecnología de reducción de ruido.
Dicho esto, la máquina estándar que el mercado profesional y de broadcasting empleó fue la estéreo 2/2 (dos canales, dos pistas en la cinta), con velocidades de reproducción de 7,5 a 15 ips, con ecualización conmutable y balanceadas.
Este formato convivió con el disco de vinilo desde su aparición, dadas sus ventajas (mayor durabilidad del formato, mayor ancho de banda y calidad de sonido, ausencia de los problemas de la reproducción (estática, ruido, defectos). No obstante el mayor coste de producción de las cintas frente a la mecánica de prensado y precio final del producto, lo convertía en minoritario. La posterior irrupción de la cinta de cassette y finalmente del CD hizo desaparecer el mercado de máquinas de consumo generalista, manteniéndose la producción de máquinas prosumidoras y profesionales hasta bien entrados los años 2000. En la actualidad su fabricación es prácticamente inexistente, reservándose la oferta existente a máquinas del ámbito hi end más exclusivo (Thorens, Ballfinger, UHA, Metaxas).
Por tanto, la preservación general de esta parte de nuestra “cultura tecnológica” y el disfrute de los amantes del audio pasa por rescatar las antiguas máquinas de consumo generalista, existiendo aún soporte técnico suficiente, así como empresas minoritarias dedicadas a la restauración y fabricación de componentes para las mismas (cabezales, partes mecánicas, circuiterías de audio, etc).
En el mejor de los casos, máquinas bien conservadas requieren de intervenciones técnicas importantes, dada la vida útil de cabezales, condensadores y elementos mecánicos (poleas, correas, cojinetes, etc), pero también dada la robustez en su construcción y las calidades de los materiales empleados hace posible esta tarea.
Además, existe un mercado cada vez más importante de consumibles (cintas y demás complementos) por parte de marcas que han rescatado las fórmulas químicas de las cintas magnéticas de mayor calidad fabricadas, y vuelven a estar disponibles (RTM, ATR, etc), tanto para el ámbito doméstico como para el profesional.
Por último, para poder disfrutar de las virtudes del formato es imprescindible la correcta calibración de las máquinas para las cintas vírgenes disponibles hoy día en el mercado, empleándose para ello equipos de medición y cintas de calibración específica